Alrededor de los años 1993 o 1994, debería consultar a mi amigo Balta para saber la fecha exacta, siendo presidente de la filá Harry Bautista, se intentó ampliar el número de componentes con nuevas incorporaciones.
Los nuevos componentes crearon muchas discrepancias entre los antiguos. Debido a esto se crearon dos bandos en la filá, un hecho lamentable, que me produce un recuerdo amargo y que espero no se vuelva a repetir jamás.
Como no podía ser de otra manera y por ciertas circunstancias, yo me incliné por un bando, en este caso el que continuó en la filá. Este hecho hizo que perdiese a muy buenos amigos y grandes festeros que decidieron continuar en la fiesta pero en otra filá. Por suerte esa amistad continuó, y hoy en día algunos estamos juntos en nuestra Filá Beduinos.
Como dice el refrán “divide y vencerás”, y eso es lo que nos pasó. El funcionamiento de la filá ya no fue el mismo y solo empeoró. En el segundo año y ante el escaso número de socios, para evitar hacer el ridículo, me vi obligado a pedir a mi sobrino José Joaquín y varios de sus amigos que desfilaran junto a mí y a los pocos componentes.
Finalizado dicho ejercicio la cosa fue a peor, la lista de componentes era tan solo de dos personas, Antonio Durá y yo mismo. El traslado de Antonio para trabajar en Orihuela fue la gota que colmo el vaso. En tal situación me vi obligado a entregar el banderín de la Filá Beduinos al entonces presidente de la junta central Pepe Antón, ya fallecido.
Pero mi desconexión con la filá iba a durar poco. Ese mismo año, Ricardo García que en ese momento era presidente de la Filá Tuareg, decide abandonar la misma y junto a Harry Bautista me proponen recuperar el banderín de los Beduinos. La decisión se tomo en una cena que tuvo lugar en Elche, en casa de Ricardo.
Así Ricardo, Harry y yo comenzamos esa nueva andadura. Lo primero fue reclutar nuevos miembros, el tiempo apremiaba, ya que teníamos el gran reto de la capitanía al año siguiente, en 1997.
En una conversación que tuve con Ginés Pérez, antiguo presidente de la Asociación de Fiestas de Moros y Cristianos de Alicante, le comente la preocupación que sentía, ya que por las circunstancias anteriores no teníamos capitán. Como buen amigo y con ganas de ayudarnos, nos puso en contacto con una persona que estaba dispuesta a ejerce de capitán y correría con todos los gastos de tal evento. Sometido a votación en la filá, fue aceptado por todos.
Viendo que pasaba el tiempo y después de varios intentos de comunicar por teléfono con nuestro futuro capitán, decido ir a hablar con él personalmente. Mis sospechas se confirmaron, la situación en su empresa no era buena y ya no le era posible ser capitán.
Así nos vimos a tres meses de la fiesta y sin capitán. Sintiéndome culpable de tal situación, pues yo fui el que propuso tal opción, decido con más corazón que cabeza, pero con mucha ilusión, pues para un festero ser capitán es lo máximo, ofrecerme a la filá para desarrollar tal cargo. La decisión fue aceptada por todos.
Realicé unas previsiones económicas, que finalmente no sirvieron para nada, ya que el gasto que realicé superaron las mismas y de forma considerable. Pero he de decir que no hay dinero en el mundo que pueda comprar la satisfacción que me dio representar a la Filá Beduinos como capitán. Os aseguro que ese recuerdo está en mi corazón y no se borrará jamás.
Para mí fue una gran capitanía, aunque cada uno tendrá su opinión. Pero nunca hubiese sido posible sin el apoyo incondicional, el trabajo, las ganas y la ilusión de todos mis compañer@s Beduinos. También merecen un reconocimiento a su participación Filá Berberiscos de Petrel, Halcones de Elche y las filás del barrio de San Blas.
Ese apoyo, esas ganas, el trabajo y la ilusión es lo que pido para nuestro próximo capitán, sea cual sea el mismo, el mío ya lo tiene.
No quiero extenderme más pues Paco me regañaría, solo quiero dar las gracias a tod@s por vuestro apoyo, que hicisteis realidad este sueño, dejando un gran recuerdo inolvidable.
Manuel Carrascosa.
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